Comunicación, la gran aliada

La relación terapéutica se basa en la comunicación. Es necesario mantener una comunicación eficaz con el paciente para poder conocer cuál es su problema de salud, darle un diagnóstico adecuado y su correspondiente tratamiento. Además es necesario que el paciente entienda cual es ese diagnóstico y en qué consisten las recomendaciones terapéuticas para poder llevarlas a cabo con éxito. Solo bajo el amparo de una comunicación eficaz basada en la empatía, y el respeto conseguiremos crear ese ambiente de seguridad y confianza necesario para que el paciente nos trasmita sus miedos, sus dificultades, sus inquietudes, sus sentimientos y sus necesidades.

La comunicación se produce a través del lenguaje verbal (las palabras), el lenguaje no verbal (gestos, postura, movimientos…) y el paralenguaje (inflexiones de la voz, modulación, tono, timbre, pausas, silencios…) habiéndose demostrado que, en una presentación ante un grupo de personas, el 55% del impacto viene determinado por el lenguaje corporal, el 38% por el paralenguaje y sólo el 7% por el lenguaje verbal. No es tanto lo que digamos, sino cómo lo digamos. Si las palabras constituyen el contenido del mensaje, los gestos, las posturas, el tono, son el contenido en el que el mensaje está enmarcado y juntos dan sentido a la comunicación.

Sólo la comunicación empática resulta efectiva.  Gardner denominó a la empatía  inteligencia interpersonal y se refiere a ella como “la capacidad de captar y comprender el universo emocional de la otra persona”. La comunicación empática implica ausencia de juicio, y exige de comprensión y respeto. Cuando nos comunicamos con empatía prescindimos de nuestro propio marco de referencia para entrar en el marco de referencia del otro y así poder captar sus sentimientos, deseos y necesidades. La comunicación empática implica generosidad y genuina comprensión para olvidarnos de nosotros mismos y hacer el esfuerzo por considerar los asuntos y sentimientos que los demás quieren comunicarnos.

Hay que cuidar una serie de detalles que reafirman la comunicación empática:

  • Procurar sonreír, ya que se genera un ambiente de confianza y cordialidad.
  • Considerar como importantes los asuntos de los demás.
  • No hacer un juicio prematuro de las personas.
  • Si no se tiene tiempo, o es un mal momento, expresarlo con cortesía y delicadeza. Las personas se sentirán igualmente atendidas. Es importante no dejar pasar mucho tiempo después para hablar con esa persona.
  • Evitar demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, dar respuestas tajantes o distraerse en otras cosas, además de ser una falta de respeto, se muestra autodominio e interés por las personas.
  • Infundir ánimo con palabras, una palmada en el hombro o un gesto amable.

La empatía es un valor indispensable en todos los aspectos de nuestra vida, sin él, sería muy difícil enriquecer las relaciones interpersonales; quien se preocupa por vivir la empatía cultiva simultáneamente la confianza, amistad, comprensión, generosidad, respeto y comunicación.



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